Feeling, Sentimiento, Sin categorizar
Erótica, Pensamiento, Realidad
La realidad del espejo…todo lo que pueda contemplar, sin temor, muestra una perspectiva…apertura la puerta del laberinto de mi interior, donde mi alma está físicamente estructurada…navegando de sinapsis en sinapsis, redescubriendo mi pensar, mi sentir, mi esperar…
Ruda cicatriz, sí, abrazando mi torso, abruptamente…de diestra a siniestra…con arranque desde mi núcleo sentimental…derrota errática…finalizando bajo mi axila…revela, en cada punto del camino, mi código verdadero…
Sentir un cambio tan brutal y cruel en mi dermis…en mi exterior…a la vez que en mi interior…enarbola mi pensamiento, lo oscurece, lo vilipendia…lo bloquea…
No es una laceración más…es la pústula del final de las batallas…pero la guerra no se concluye…no atisbo su final…luchar…luchar…luchar…
Interesante y deseosa quiero estar y mostrar…aunque mi maniquí este truncado y afeado…la adversidad, sin duda, esperanza mi vivir…estimula mi razón de existir…mi pelea sin frugalidad…sin tregua…
Mi cuerpo es vida, es sentimiento y pensamiento, es física y química, es pura necesidad …sus reacciones, perversas y filantrópicas contribuyen a conquistar aún más mis dominios emocionales y cognitivos.
No es posible esconder mi cicatriz…tampoco quiero…es seña de mi identidad…adecuarla a su posición me estimula…recupera mi expresión emocional, mi visibilidad…
No quiero, por más veces, verme reducida a la complacencia de aceptar lo que me ocurra, simplemente por evitar la lucha y el esfuerzo, aceptando la desidia como eje de mi recorrido vital…cansada de vagar…la galbana es extremadamente nociva, es pecado capital…
El sueño reponedor, me trae descanso y fuga mis pensamientos y sentimientos, me trae la posibilidad de soñar en deseo, en placer… en L-U-J-U-R-I-A…alienta mi atrevimiento, derrotando el estereotipo propio del canon establecido y alienadamente aceptado por ese resto narcotizado de la ortodoxia más rancia, impuesta, mal nacida y mierdosa…con la que nos imponen vivir…
Mi lujurioso deseo, mal aceptado y mal formado por la sociedad, no impedirá mi descubrimiento de toma decisiones, de ser libre, der ser, de usar la razón, de pensar, de transmitir, de disfrutar todas y cada una de las múltiples opciones de mi cuerpo y de mi pensamiento…proporcionado por mi género…
Es hora de grabar con frescos mi cicatriz…no puede ser, tan solo, una onírica idea…han de ser mis húmedos sueños los que allanen mi anquilosado espíritu y me den el bálsamo para mi descanso…para mi disfrute…para mi ordenamiento vital…
Llena de terapias grupales, con enfermiza mirada y pensamientos sin encaje, manteniendo la observación tras la cristalera del sin sentido…cíclicamente estacional…con pulcra expresión de su contenido, hacen que me vuelva loca en mi expresión, en mí que hacer, en mi existencia…oír o escuchar…; días grises…ni siquiera hay contrastes…uno tras otro…encadenadamente concatenados…
No tengo válida respuesta…ocurre si más…descubro la pueril idea de disponer de una mano que me levante, me apoye, me guíe…puedo satisfacer mis necesidades con la fuerza dirigida de otros…sin temer su sexo…el torrente de sentimientos y de pensamientos desarbolados e inconexos que rebosan mi alma, que encarcelan mi cerebro, se allanan, se adecuan a ocupar su posición ordenada, sin extremada corrección, con heterodoxa existencia…placidamente válidos y disruptivos…
La cicatriz, no me proporcionaba autonomía y era más funesta que mi propia dolencia…era el reflejo puro de mi pereza…pero aun siendo dura…aun siendo dantesca…no me invalidaba…erroneamente no luchaba, no quería luchar, prefería aislar mi mente…mi cuerpo…mi yo…
Lo incierto, lo desconocido…invalidaba mi existencia…mi razón…ahora: me ayuda a desear, a emprender, a descubrir, a crear…
…mudar mi piel entorno a mi bregadura crea una insultante, chulesca y retadora atracción…pues, el «tatouage» desmonta y aniquila el cerco de la herida de fuego del maldito arma de la trasformación y mutación incontrolada de mis células…en toda su completa extensión.
…esa mano experta, preparada, amigable…esa mano asistente…relaja ya mi interior…sin avergonzarme de mi deseo…disfrutando culminantemente mi existir…volviendo a ser mujer…siento mi piel llena de vida…atorando mis pupilas gustativas del mayor refrescante jugo…aglutinar y lanzar mis feromonas para captivar a los de mi especie…
…mi tatuaje erotiza, atrae y cautiva…indiferente de la condición de género…niebla de estrógenos…excitante transgredir lo establecido…retar la verdad absoluta…lo impuesto…emular la república…me pone muy, muy, muy cachonda…
…releo a Henry Miller…repaso una y otra vez sus letras…brutal pura prosa, extraña poesía, aniquilamiento de los juicios morales y estéticos… ¡malditos prejuicios establecidos!…
…mi pequeño y humilde homenaje a su escritura…sensual y atrevida…trangresora de la manipulada realidad impuesta por los grandes «hijos de puta» dictadores de la conducta humana con el fin de someter nuestra existencia y persistencia…
Por fin se separó y se desplomó en su rincón, con el vestido alzado sobre las rodillas. Me incliné para abrazarla de nuevo y, al hacerlo, le metí la mano por el húmedo coño. Se pegó a mi como una lapa, meneando su resbaladizo culo en frenético abandono. Sentí el jugo caliente chorreándome entre los dedos. Tenía cuatro dedos en su entrepierna, mientras agitaba el musgo líquido que se estremecía con espasmos eléctricos. Tuvo dos o tres orgasmos y después se echó hacia atrás, exhausta, sonriéndome débilmente como una cierva atrapada.
Sexus. 1949 Henry Miller.
Pattie.45.Mujer